
21-05-2025 Frutos abundantes y sabrosos - 10 Minutos con Jesús 4u2571
Descripción de 21-05-2025 Frutos abundantes y sabrosos - 10 Minutos con Jesús 6h2w5j
** Ponte en presencia de Dios. Trata de hablar con Él. ** 10 minutos son 10 minutos aunque te puedas distraer. Llega hasta el final. ** Sé constante. El Espíritu Santo actúa “a fuego lento” y requiere constancia. Audios de 10 minutos que te ayudan a rezar. Un pasaje del Evangelio, una idea, una anécdota y un sacerdote que te habla y habla al Señor invitándote a compartir tu intimidad con Dios. Busca tu momento, piensa que estás con Él y dale al play. Toda la info en nuestra web: www.10minutosconjesus.org [email protected] Para recibir cada día tu meditación por Whatsapp pulsa aquí: http://dozz.es/nu36t 4s2w52
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí. Que me veas, que me oyes. Te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía inmaculada, San José mi Padre y Señor, ángel de mi guarda, interceded por mí.
Creo que todos de pequeños, o a lo mejor no de tan pequeños, hemos hecho esto de coger un bote de yogur vacío o un botecito de cristal, ponerle ese algodón húmedo y alguna semilla de algo, ¿verdad? Una lenteja o una habichuela o lo que sea. Y vamos viendo cómo iba creciendo.
A veces detienes un poquito la mirada y estás 5 minutos, 10 minutos, 15 minutos mirando a ver si crece, a ver cómo crece. Y ya lo sabemos, no crece así de un día para otro.
De repente vemos que ha salido un poquito de tallo, luego unas hojas. Quizás de esa experiencia de pequeños es lo que luego a alguno le viene esa pasión por la jardinería, por la horticultura, o a lo mejor lo ha hecho su oficio.
Tengo un amigo que le gusta esto, le gusta la jardinería, le gusta cultivar cosas, pero sobre todo cosas que luego, como dice él, puedan tener un rendimiento culinario. Cultivar algunas cosas que luego se pueda comer. No vive precisamente en una casa de campo con jardín y no tiene la suerte de poder tener una huerta, lo hace en la terraza. Tiene así un cubo de plástico que llena de tierra y va cultivando cosas. Y al principio la verdad es que no dábamos un duro por él, pero ha conseguido ya cultivar melones, tomates y ahora está con las coliflores. O sea que sí, le va bien.
Este ejemplo, señor, nos sirve para seguirte un poquito el juego, porque en el evangelio de hoy hablas precisamente de fruto, de la vid, de los sarmientos y de dar fruto. Se da fruto cuando se cuida, cuando el sarmiento está unido a la vid. Algo da fruto cuando tiene buena tierra, cuando está bien regado, cuando se abona bien, cuando se protege un poco de las inclemencias del tiempo. No es que tenga que estar en una cápsula de cristal, pero sí que hay que ponerlo un poquito a salvo, hay que ir podando, hay que fumigar.
Dar fruto. Dar fruto y fruto abundante, como nos dices en el evangelio de hoy. Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis y se realizará. Utiliza, señor, esa imagen de dar fruto, de ser buena planta o de ser buena tierra, como también nos recuerdas en la parábola del sembrador. Y siempre con ese matiz, permanecer. Que permanezcamos en ti, señor.
Y así no será una cosa de un día para otro, el fruto. Será poco a poco, como esas plantas que crecen poquito a poco. Cuando conseguimos que algo de fruto, este amigo mío o cualquiera de nosotros, cuando lo conseguimos, es verdad que hay una mezcla de orgullo, de satisfacción y un poquito de asombro. Algo que de una semilla pequeña de repente da eso. Ese fruto sabroso, que apetece, que entra muchas veces por los ojos.
Nos alegra el fruto. El fruto, el fruto de nuestra vida, el fruto de nuestras obras es algo que nos alegra. Gracias, señor. Valoramos que haya fruto. Y siguiendo un poquito con el símil, nos gusta también que ese fruto sea natural. Lo natural lo asociamos con lo sano, ¿verdad? Con lo saludable. Lo artificial, pues no es lo mismo.
Y sobre todo cuando hay añadidos que pueden llegar a adulterar el fruto. Tu señor, como te encantan estos ejemplos, también os lo recuerdas en otra parábola. La parábola de la cizaña. La cizaña sembrada junto al trigo. Eso adultera. Y no es que haga simplemente que el fruto salga mal, sino que lo envenena.
Nosotros, si estamos pegados a ti, si permanecemos a ti, nuestro fruto es sabroso. En cambio, cuando nos alejamos es cuando el fruto se hace venenoso. Y, señor, siguiendo este ejemplo, sabemos que el mejor fruto y el más abundante y el fruto más inagotable es el fruto de una vida entregada. Así es como damos fruto. Así es, señor, como nos has hecho. Saliendo de nosotros mismos, perdiendo la vida por los demás, es como la encontramos. Ya lo sabes, lo has oído tantas veces estas palabras de San Josemaría, que lo que necesita para conseguir la felicidad no es una vida cómoda, es un corazón enamorado.
Y el corazón se engrandece y se enamora más en la medida que se sabe entregar. Permaneciendo en ti, señor, en tu gracia, en tu compañía, a pesar de nuestros fallos, de nuestros defectos, de nuestros pecados, de esas inclemencias del tiempo que azotan nuestras cosechas, damos fruto.
Comentarios de 21-05-2025 Frutos abundantes y sabrosos - 10 Minutos con Jesús 495m5t