Amor: sentimiento y... cabeza 5t5627

Estamos nuevamente en la vida como es. Les habla José María Torrera.

Estamos en una sociedad en la cual el sentimiento es el valor supremo.

Hay muchísima gente que dice yo hago las cosas porque las siento.

Yo hago las cosas porque me salen del corazón.

Y yo creo que eso está llevando a muchísima gente a tener problemas.

Bastantes problemas en muchos casos porque a mucha gente esas cosas que le salen del corazón no le han pasado antes por la cabeza.

Y las cosas tienen que pasar por la cabeza.

En las empresas, en las corporaciones, los jefes siempre nos están diciendo que pensemos las cosas.

Que antes de tomar decisiones nos informemos bien.

Porque una decisión, cualquier decisión tiene como dos partes.

Información y riesgo.

Cuanto más información, el riesgo va disminuyendo.

Cuanto menos información, el riesgo va aumentando.

Y entonces aquí no jugamos dinero, no jugamos el que la empresa vaya para adelante, el que la empresa crezca.

Por tanto, cabeza, cabeza, cabeza, que esto es muy importante.

Y en las cosas realmente importantes de la vida como es con quién comparto mi vida, cómo voy a educar a mis hijos, ahí metemos muy poca cabeza, lo que me dice el corazón.

Y eso está siendo un peligro.

Y además esto se está diciendo con mucha frecuencia.

Lo que nos están diciendo es que mientras yo sienta algo es que quiero. Cuando dejo de sentir, dejo de querer.

¿Y qué es lo que tengo que sentir? Pues lo que tengo que sentir es eso que ahora cada vez más se dice mariposas en el estómago.

Es decir que el cariño son las mariposas en el estómago, ¿verdad? Mientras hay mariposas en el estómago, yo es que quiero cada vez más.

Y cuando las mariposas en el estómago desaparezcan entonces es que he dejado de querer.

Eso es un error, porque en primer lugar las mariposas en el estómago es una cosa muy superficial.

Las mariposas en el estómago se podrían igualar al estado de ánimo.

Es decir, mientras mi estado de ánimo es positivo en relación a una persona pues entonces yo me siento capaz de todo.

Pero cuando el estado de ánimo ya decae, pues entonces ya nos venimos abajo y decimos que es que esta relación ha terminado.

Eso no tiene nada que ver con el amor.

Porque eso es un sentimentalismo externo, no es ni sentimiento siquiera.

Es un sentimentalismo externo que estamos educando a toda una generación que eso es amor.

Y en el momento en que eso desaparece, ha desaparecido el amor.

Si los amores lo igualamos a un estado de ánimo positivo vamos a fracasar rotundamente porque no somos dueños de nuestro estado de ánimo.

Como uno no es dueño de esas mariposas en el estómago puede desaparecer esas mariposas en el estómago.

Pero uno tiene que seguir manteniendo los amores.

Y mantener los amores indica tener al corazón con unos cuantos cerrojetes para que no se vayan por ahí con otra gente.

Entonces el sentimiento, me podría decir alguien, ¿tiene algo que ver con el amor? Por supuesto, el sentimiento tiene que ver con el amor.

Sentimiento de agradecimiento, sentimiento de culpa, ternura, delicadeza, el saber perdonar, pasión, misericordia.

Eso sí tiene que ver con el amor.

Pero el sentimentalismo este, el estado de ánimo, entonces uno solamente querría cuando tiene un estado positivo de ánimo con una persona y a uno no le podría cambiar el ánimo nunca.

Son tonterías, pero que se están llevando por delante los amores y muchas veces el bienestar de toda una generación.

Por confundir el estado de ánimo, las mariposas en el estómago con el amor se está sufriendo muchísimo en la sociedad actual.

Y además como ahora mismo no se respeta el que uno lleve un anillo, el que esté casado, el que no sé cuánto.

Aquí todo el mundo está en el mercado, ahora vamos a por este y tal.

Pues llega un momento en el cual hay que saber guardar los amores, los sentimientos que pueden tener que ver con el amor.