
Descripción de El Papa contra Hitler 40626b
El silencio del Vaticano ante las atrocidades nazis sigue siendo una de las grandes controversias de nuestro tiempo. La historia ha acusado al Papa Pío XII de complicidad en el Holocausto y lo llamó "el Papa de Hitler". Pero una parte clave de la historia permanecía incierta... el esfuerzo encubierto del Vaticano para asesinar al Fuhrer.¿Qué sabía Pío XII del régimen nazi en Alemania e hizo lo suficiente para frenarlo? ¿Hizo lo suficiente para salvar a los judíos de la matanza de los nazis en Roma y en toda Europa? La evidencia sugiere que su silencio pudo haber sido un subterfugio y que Pío XII en realidad podría haber querido eliminar a Hitler. 5wj48
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Durante los días más oscuros de la Segunda Guerra Mundial, San Pedro, estaba oculto bajo la sombra de la Swastika.
Hitler ordenó invadir el Vaticano, era cuestión de tiempo.
He cumplido con mi deber, cumplid con el vuestro.
Hitler no quería secuestrar al Papa, quería matarlo.
Aún no es tarde para detenerle.
Mientras tanto, Pío XII, apodado por algunos el Papa de Hitler, tramaba un complot contra él.
Pío dijo, debe hacerse, si se cambia el régimen será para mejor.
Se trata de un capítulo olvidado de la guerra, un enfrentamiento entre el vicario de Cristo y el anticristo.
Parece sacado de James Bond, bueno, aún mejor que James Bond, porque es real.
El Papa contra Hitler.
Hans, yo te marco con el signo de la cruz y te confirmo con el crisma de la salvación.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, la paz sea contigo.
Amén.
Adolf Hitler y Eugenio Pacelli, el futuro Papa Pío XII, nacieron y fueron criados en el catolicismo.
Pero sólo Pacelli abraza su identidad con sinceridad.
Según la tradición familiar, el día de su nacimiento, un tío lo cogió y dijo, dentro de 63 años este niño obtendrá un gran honor.
Y efectivamente, 63 años después, fue nombrado Papa de la Iglesia Católica Romana.
El otro, Hitler.
Yo te marco con el signo de la cruz.
Un día trataría de destruir la Iglesia de su juventud.
La paz sea contigo.
Con tu espíritu.
Durante su infancia, Hitler quería ser cura.
Solía subirse a un pequeño taburete de la cocina, se envolvía en el delantal de su madre y practicaba sus sermones.
La paz sea contigo.
Cuando Hitler y Pacelli crecieron, sus caminos se desviaron drásticamente hacia el camino del bien y del mal.
Ambos eran extraordinariamente inteligentes, ambiciosos y supieron aprovechar oportunidades.
Pero décadas más tarde, sus caminos se cruzaron cuando compitieron por millones de corazones, mentes y almas, durante el conflicto más trágico de la historia de la humanidad.
¡Más rápido! En los años 30, antes de que se desencadenara la Segunda Guerra Mundial, Hitler comenzó una guerra sin declarar contra la Iglesia.
Señor Jesús, ten piedad de nosotros.
En la cabeza de Hitler no había sitio para otro dios que no fuese él.
Como él mismo decía, no hay más dios que Alemania.
Hicieron cosas como enviar camisas marrones para embadurnar altares con excrementos y decapitar estatuas de las catedrales.
En algunos lugares sustituyeron cruces por esvásticas.
¡Vamos! ¡No! ¡No, por favor! ¡No! ¡Os lo ruego! ¡No lo hagáis! Tiraron a uno de los asistentes del Cardenal de Viena por la ventana y le partieron las piernas.
Uno de los representantes de Hitler dijo, al final las armas deciden la opinión del mundo.
De modo que se alzaron en armas contra la Iglesia.
El plan era elevar a Hitler a la altura de Jesucristo.
Mein Kampf, el libro de Hitler, mi lucha, sustituyó a la Biblia en el altar.
Todas las lecciones, todas las enseñanzas provenían de la ideología de Hitler.
Las constantes protestas de la Iglesia contra las persecuciones nazis sólo empeoraron la situación.
El catolicismo alemán parecía estar condenado a la extinción.
Salvo que un nuevo Papa lo salvase.
En febrero de 1939 murió el Papa Pio XI.
Tres semanas después, tras el cónclave más corto desde hacía siglos, el Secretario de Estado del Vaticano es nombrado Comandante en General.
Comentarios de El Papa contra Hitler 1uv36