Pepe Isbert 4q5s4d

A veces, la conquista cinematográfica llega un poco tarde.

Fue el caso del protagonista de hoy.

Cuando rodó el primer gran éxito de su carrera, Bienvenido Mr.

Marshall, a las órdenes de Luis García Berlanga, tenía 66 años.

Se abría la etapa más brillante y popular de su vida como actor, que culminaría una década después con El Verdugo, también con Berlanga, a punto ya de convertirse en octogenario.

Entre ambas se sitúan más títulos significativos de su filmografía, bajo la dirección de Marco Ferreri, Fernán Gómez, José María Forqué, Pedro Lazaga o Fernando Palacios.

Llevo queriendo hacer este episodio años y por fin llegó el día, así que poneos cómodos y sed bienvenidos a la fascinante vida de aquel abuelo socarrón tierno y contestatario, el más emblemático del cine español, y a sus más de seis décadas de vida dedicada a la escena, al teatro y al cine.

José Isbert nace en Madrid, fruto de la unión de Vicente Isbert, de profesión ingeniero geógrafo y de María Vicenta Albarruiz.

Sus primeros años transcurren entre juegos y visitas a Tarazona de la Mancha, en Albacete, localidad de donde era oriunda su madre.

Los hechos entristecieron su infancia.

La prematura muerte de uno de sus hermanos mayores, Julián, y el repentino fallecimiento de su padre, el 23 de enero de 1894.

José estudiará primero en el Colegio Sacromonte de Granada, para regresar a Madrid, donde se matricula en la Escuela Central de Comercio, obteniendo el título de profesor de mercantil.

Apenas había nacido el cinematógrafo ni el siglo XX, y el aún adolescente José Isbert, sin vocación para la vida istrativa que se le auguraba y con ánimo de recaudar dinero para la familia, debutó con el seudónimo de Fígaro, en el Salón de Variedades madrileño, haciendo parodias, recitando versos y cantando cuples.

Corría el año 1906.

Desde entonces nunca dejó de pisar los escenarios, ni tuvo otra forma de ganarse la vida que la de ser actor.

Perteneció a diferentes compañías, Romea, Coliseo, Carmen Coveña, y debido a su baja estatura se le encasilló en papeles cómicos, triunfando en los principales teatros de Madrid y en giras por toda España.

En 1912 interpretó su primer papel cinematográfico, el anarquista Manuel Pardiñas, en una película muda sobre el asesinato de José Canalejas.

En 1917 participó en la primera de sus giras por América, Buenos Aires y Montevideo, experiencia que repetiría unos años después, esta vez como director de la compañía de la tonadillera Lola Membrívez.

En los años 20…