La Ruta de la Seda, pasado y presente de unos caminos milenarios 1o404b

Buenas tardes, muchísimas gracias por la presentación José Alipio, muchísimas gracias a todos ustedes por estar aquí conmigo para oírme hablar de lo que ahora se ha convertido en mi tema favorito que es la ruta de la seda. Como últimamente está tocándome, me está tocando hablar mucho de este asunto, intento que cada conferencia, que cada presentación sea un poquito diferente, sobre todo para no aburrirme yo, para tener algún engarce que me estimule a buscar un enfoque distinto a las cosas. Y hoy a ustedes, que probablemente me hayan oído hablar mucho del pasado, pues voy a hablarles naturalmente del pasado, pero he hecho un esfuerzo especial por hablarles también un poquito del presente, que es algo que también apetece y que van a ver ustedes de plena actualidad en todo lo que tiene que ver con la ruta de la seda.

Y sin más prolegómenos, vamos a comenzar con este asunto y vamos a empezar primero definiendo aquello que nos ocupa, lo que nos va a tener ocupados los próximos 50 minutos. Y es que la ruta de la seda, ese asunto que está además tan de moda, incluso la mitad de ustedes ha estado ya en Uzbekistán y la otra mitad ha venido a contarme que se va a ir a Uzbekistán en los próximos meses, así que tienen todos la ruta de la seda particularmente presente. Bueno, pues la ruta de la seda, como ven en la diapositiva, en realidad es un conjunto de recorridos, un conjunto de recorridos que no sólo son terrestres, que también son marítimos, por eso yo he querido llamar al libro los caminos de la seda y no la ruta de la seda, y que servía para conectar el extremo oriente, China y el sudeste asiático con el extremo occidente, en ese momento que era el Mediterráneo y Europa.

Esta ruta de la seda es muy antigua, estos caminos que conectaban Asia con Europa son antiquísimos, probablemente arrancaron con certeza en la edad de bronce, quizás incluso en el Neolítico un poco antes, pero a los historiadores que nos gusta ponerle fechas así lo más precisas posible a las cosas, solemos decir que arranca a finales del siglo II antes de Cristo, lo que es la época más bollante, más importante de la ruta de la seda y que entra en decadencia, al menos la ruta de la seda terrestre, la que ustedes visitan cuando recorren Samarcanda y Búhara en el siglo XVIII después de Cristo. Aquí les he traído un mapa para que nos hagamos un poquito una idea, tenemos China, tenemos el extremo oriente, tenemos aquí el Mediterráneo y ven que tenemos esos caminos, que son caminos terrestres, pero ven que a través del Golfo Pérsico, a través del Mar Rojo, a través del Océano Índico, a través de los mares del sur, también había un recorrido marítimo que es tan interesante y tan importante como el recorrido terrestre.

Y dentro de este periodo tan amplio, desde el siglo II antes de Cristo hasta la edad moderna, hasta casi la edad contemporánea, los historiadores solemos dividir la historia de la ruta de la seda en cuatro grandes etapas, en cuatro grandes periodos. Al primero, que comienza con el arranque de la ruta de la seda, a finales del siglo II antes de Cristo, y que termina en el siglo VI, VII después de Cristo, le hemos dado en llamar la era de los tres imperios, y van a ver ustedes inmediatamente por qué le hemos dado este apelativo. Se le llama así la era de los tres imperios, porque los caminos de comercio unían tres grandes construcciones políticas, que en ese momento eran las más importantes de toda Eurasia. La ruta comenzaba o terminaba, como uno la quiera mirar, en China, en el imperio chino de la dinastía Han, una de las dinastías más importantes de la historia de China, que gobernó el territorio desde el siglo III antes de Cristo hasta el siglo III después de Cristo. Estos Han, además, se expandieron hacia occidente, se proyectaron el poder de China hacia Asia Central, y digamos que expandiendo sus dominios hacia Asia Central, pusieron en marcha.