La Sábana Santa. ¿Un Milagro, un fraude o un misterio aún por resolver? 3f273m

Es la hora de pasar la frontera de lo conocido y adentrarse en la materia oculta a la vista.

Es la hora de tocar lo que está más allá de los sentidos.

Es la hora del alambique.

Imagínense la escena que les voy a relatar ahora mismo.

Situense mentalmente en el año 1353, un caballero francés llamado Godofredo de Charny aparece con un lienzo que dice que recoge la imagen del salvador de la cristiandad, del mismísimo Jesucristo.

Aparece con la reliquia justo en un momento en el que toda Europa y por toda ella, las iglesias ansiaban, deseaban disponer de reliquias, ¿por qué? Porque eran una fuente ingente de recursos económicos.

Cualquiera iglesia, y cuando digo iglesia me refiero a edificio, cualquier iglesia de una gran ciudad, de una comunidad, buscaba y ansiaba disponer de reliquias.

Tanto es así que durante esa época y anteriormente hubo un próspero negocio y comercio de reliquias.

Artistas de todas partes de Europa fabricaban reliquias y llegó a darse el caso de que si con todas las astillas de la cruz de Cristo que pululaban entonces por parroquias de toda Europa se se hubieran unido, se hubiera juntado un frondoso bosque.

Así eran las cosas en la Edad Media cuando además no había comunicación alguna entre las ciudades, cuando si en una ciudad surgía un santo sudario, había santos sudarios en numerosas ciudades europeas.

En este contexto Godofredo de Charny dona a Lirey, una ciudad del centro norte de Francia, dona esta reliquia de Cristo, posteriormente él confesaría que fue encontrada mientras estuvo luchando en las cruzadas.

La lleva como digo a Lirey y en 1389 el obispo de la zona, obispo de Troyes, dirige una carta al papa denunciando la falsedad de la reliquia y el tinglado milagrero que sus propietarios habían organizado en torno a ella con ánimo de lucro.

Dice así parte de la carta.