Simulando lo imposible: Las apps que hacen creer en lo paranormal 6md

Es la hora de pasar la frontera de lo conocido y adentrarse en la materia oculta a la vista.
Es la hora de tocar lo que está más allá de los sentidos.
Es la hora del alambique.
Es la hora de que Constantin Raudive comenzara sus grabaciones de las voces psicofónicas,
esas voces que aparecen como de la nada.
Los investigadores, el personal que se dedica a intentar desentrañar el misterio de esas
voces, de esas apariciones que suceden tanto en viviendas de todo tipo como incluso en
espacios exteriores.
Como decía, los investigadores y las investigadoras también han desarrollado, han ido buscando
métodos de todo tipo para intentar captar esas emanaciones, esas apariciones, esas voces.
Como decía, desde la antigua grabadora de los años 60 se han ido desarrollando métodos
y hoy en día conocemos también algunos que se dice que funcionan, otros cuestionan duramente
su veracidad, como la spirit box, como las mismísimas grabaciones en un canal de televisión
sin emisiones.
Han servido para que numerosas películas hayan tenido lugar y se hayan escrito también novelas.
Pero la realidad, la realidad es que es muy difícil captar tanto en medios hoy en día
de grabaciones digitales como en fotografías, como en películas.
Muy difícil captar imágenes.
Se han captado y en algunos casos descartados los fraudes que suele ser lo más común.
Así queda como siempre un reducido núcleo de imágenes, un reducido núcleo de grabaciones
a las que por lo menos se le ha de torgar el misterio de su ocurrencia.
Pero no queda ahí la cosa.
Hoy en día también se han desarrollado aplicaciones para móvil que bajo la apariencia de querer
ar con ese otro lado, pues se descargan unas veces para jugar con ellas.
Y en algunas veces también, como decía, de verdad se producen algunas imágenes extrañas
a las que hay de nuevo que otorgarles el beneficio de la duda.
De eso vamos a hablar esta noche en la Mesa del Arambique, de métodos para captar esas
imágenes, esas voces de ese otro lado que se nos permanece velado, que se nos permanece
oculto tras ese manto.