SUEÑOS PREMONITORIOS EXTREMOS Y REVELACIONES DEL MÁS ALLÁ - 3x19 3s6g1

El dragón invisible y ediciones Cidonia presentan protagonistas de lo insólito, un podcast de Miguel Pedrero y Carlos Fernández. Muy buenas, Carlos. Hola, ¿qué tal? Pues aquí otra vez con más protagonistas. Con más protagonistas de lo insólito y esta vez nos vemos e incluso hasta nos podemos tocar porque estamos a medio metro de distancia, es decir, que hoy te tengo de cuerpo presente, no a través de Skype o de Zoom o de alguna de estas cosas, ¿verdad? Sí, sí, hoy estamos en el mismo recinto, a menos de un metro de distancia, o sea, que vamos, no suele ser lo habitual. No, no, no.

Y cuéntanos, Carlos, ¿dónde estamos? Pues estamos en el barrio de Coya, en Vigo, y aquí tenemos con nosotros, estamos en casa de Vigo, que nos acogió aquí para montar todo este tinglado de micrófonos y grabaciones, porque nos va a contar unas experiencias a cual más interesantes. ¿Y cómo conociste tú a Begoña? ¿Cómo te llegó su testimonio? Me lo contó porque la primera ruta de rutas misteriosas que hice en la ciudad de Vigo, pues vino ella y al final de la ruta pues me contó algunas cosas y me dijo, claro, tienes que dejar tu teléfono, que tenemos que hablar otro día tranquilamente.

Hemos tardado un poco en llamarla, yo ya le pedí disculpas, he tardado un poco en llamarla, pero que la historia que nos va a contar o las historias que nos va a contar merecen mucho la pena. La verdad es que esas rutas del misterio son una cantera de casos, de historias, de experiencias con lo anómalo, ¿verdad? Mucha gente le comenta historias.

Sí, porque bueno, hay de todo en las rutas que hice el año pasado, vinieron 1.500 personas en total entre las de Vigo, Pontevedra y Santiago, y obviamente no todo el mundo viene por un interés en las temáticas que nos gustan, sino viene a pasar un rato, hay de todo, de todas sensibilidades, pero mucha gente que le ha pasado cosas y que creen estas historias, creen en que hay algo más que lo convencional, muchas veces viene por eso, por encontrar a alguien que le pueda escuchar y por conocer historias que le han parecido que muchas veces son muy similares a las que han vivido.

Pues muy buenas, Begoña, o Vego, que prefieres que te llamen Vego, ¿verdad? Vego, nada, pues eso, conocí a Carlos, la ruta es muy interesante, a ver, siempre me gustaron estos tipos de temas, ella me viene, bueno, como buena gallega, ya lo llevo en la sangre, ya me viene de mi abuela, ya contándome historias de Santa Compaña y esto, como siempre.

Todo esto es lo que nos vas a contar, en primer lugar, muchas gracias por acogernos en tu casa, esto siempre lo agradecemos, ¿verdad?, con nuestros protagonistas que no solamente comparten con nosotros sus experiencias, que eso ya es todo un lujo y estamos muy agradecidos, sino que también nos acogen en sus casas, y de hecho hemos montado esta emisora móvil de protagonistas de lo insólito, como acabamos de decir, en casa de Begoña, que es nuestra protagonista de hoy.

Begoña, por empezar, digamos que tus facultades o tu facilidad para vivir cierta clase de experiencias anómalas que ahora nos vas a contar, te viene de familia, porque ya tu abuela tenía una serie de capacidades psíquicas, ¿no? Nos comentabas antes que, sobre todo, tienen que ver con la capacidad de adelantarse a próximas muertes de gente cercana.

¿Qué es lo que le pasaba a tu abuela? Pues mi abuela era la típica mujer ya mayor, que no salía de casa, no tenía casi o con los vecinos, quitando a la familia y poca gente más. Entonces, al levantarse por las mañanas, a veces nos decía, murió tal vecino, y nosotros aún sin haber salido de casa, ¿no? A veces incluso aún en pijama. Y decíamos nosotros, bueno, esta mujer lo soñó. Y después, efectivamente, cuando salíamos de casa, venía la familiar de la vecina y nos decía, mira que ha muerto tal persona, me decía mi abuela.

Si es que esta noche vino a despedirse de mí, entonces siempre nos quedó esa cosa, ¿no? Siempre nos decía, no, es que siempre viene, siempre que muere alguien, se me viene a despedir. No sé, ya a más. Ya no me explicaba a más. Se venía a despedir en sueños, supongo.

Sí, sí, sí. Se venía a despedir. Decía que se la parecía, que se la parecía, y le venía como a decir, me voy. Te quedas aquí y yo me voy.

Ese es algo que bueno le pasa a mucha gente en Galicia. En Galicia eso hasta tiene un nombre, ¿no? Que son los cuerpos abiertos. Le llaman a esa gente que tiene esa capacidad de ver o de preguntar.