Conciliación o sacrificio: la paradoja de la mujer que quiere todo - Miércoles 28 de Mayo de 2025 372wc

Bueno, pues seguimos y estamos en el último temonor y tengo, miren, les voy a decir a quién tengo. Tengo una mujer que estudió desarrollo humano, es especialista, es conferencista, estudió PNL, una mujer increíble. Estamos hablando de Cristi Zúñiga, colegas en desarrollo humano y vamos a hablar de conciliación o sacrificio. Está, está. Sí, sí, es el tema. Entonces hablamos las homólogas. Ah, no, es de las culpas. ¿De qué? Las culpas de las madres. Ah, es que me lo puse. No, bueno. No te preocupes, no te preocupes. Vamos a hablar entonces de las culpas. Las culpas que actualmente manejamos las mujeres. Bueno, fíjate que la primera, la primera pregunta que yo lanzaría es ¿por qué con tanta facilidad una mujer se siente culpable de todo? ¿A qué se debe, Cristi? Bueno, es que hablar de culpa es un temonón.

Sí, la culpa tiene mucho que ver con reflexión, tiene mucho que ver con introspección, pero sobre todo vámonos a la base, que es una de las emociones o es un sentimiento natural del ser humano. Entonces, como tal, la culpa, si la categorizamos y la exponemos, podemos decir que también es, podemos incluso decir que para nosotros, sobre todo las mujeres, podemos irnos mucho a nuestra historia. ¿A qué voy con esto? Cuando hablamos de sentimientos de culpa, nos vamos directo a nuestro sistema de creencias, nos vamos Adriana a nuestras, a nuestro sistema interno de reglas. ¿Por qué? Porque para tener un sentimiento de culpa, nosotros tenemos que tener internamente algo que nos rija, ¿no? Algo que hayamos adquirido en nuestra infancia, sí, o en el largo, en el crecimiento de nuestra vida y que nos hayamos dado cuenta o empezamos a adoptar ciertas creencias de patrones de conductas que no cuestionamos, que adoptamos.

Entonces, eso va formando nuestro sistema de normas internos, nuestro sistema de reglas al cual yo obedezco o tengo una voz interna que me dice que lo tengo que seguir, ¿sí? ¿Qué es la culpa entonces? Cuando yo falto internamente alguna de esas reglas, alguna de esas normas que adquirí, ¿sí? Entonces, se prende pues esta alarma, esta alarma que me está diciendo, eh, aquí fallaste en algo, aquí no. Aquí desobedeciste. Aquí desobedeciste. Aquí te brincaste las trancas. Aquí te brincaste las trancas, aquí algo no hiciste bien. Entonces, ese sistema de alarma, ¿sí? Ese check que se prende como cuando estamos en el vehículo y el foquito se prende de que.

Cuidado porque vas a chocar. Exacto. Ajá. Alarma, alarma, alarma. Esa alarma interna que se prende es la culpa. Entonces, todos lo sentimos. Sí. Bueno, todos los que estamos patológicamente saludables, ¿no? Hay personas que no sienten culpa pero traen un trastorno ya patológico. Sí, sí. Como los asesinos. Tal cual. La gente que ya su alma ya llega a la perversión, ¿no? Ya traen un trastorno pues terrible. Totalmente, que no lo registran. Ahora, porque fíjate, ahorita que hablabas, este sistema de alarma que es la culpa también es un freno para que no descarriles tu vida.

Claro. Porque si no sintieras culpa estaríamos haciendo cosas incluso que nos dañan.

Totalmente. Sí, es que este sistema de alarma puede ser preventivo. Es preventivo, de hecho. Puede ser preventivo cuando. Más no te debes de quedar ahí. Exacto. Si lo tomamos a tiempo, si lo consideramos a tiempo, si tenemos todo en equilibrio en ese momento, es preventivo.

Entonces, se prende esta señal. Sí, se prende esta alerta. ¿Y qué pasa? Que ahí es en donde tenemos que tener. Cuando es antes de, cuando es preventivo. Sí, es cuando yo me tengo que preguntar por qué estoy sintiendo esto. ¿Qué indicadores? ¿Qué me dice esto? ¿Qué me dicen estos indicadores? Mira, vamos a poner ejemplos. Imagínate que te dio la depresión y te atascaste todo el refrigerador en la tarde. En la noche ya tienes un sentimiento de culpa terrible.

Si no lo percibes, vas a seguir repitiendo el proceso. Voy a poner otro ejemplo. Pues resultó que empezaste a coquetear en la oficina y acabaste en una relación y engañaste a tu esposa o a tu esposo. Claro. Y hay un hay un sentimiento de culpa de que fallaste porque tú tenías una promesa previa. Tú dijiste que quedé solo con aquella.