Cuando el corazón y la mente no se entienden 2a1z66

¡Hola a todo el mundo! Bienvenidos y bienvenidas un domingo más a mi podcast Como si nadie escuchara. Yo soy Cris Blanco y en este espacio hablamos de cosas reales de la vida como si nadie escuchara. No sabéis qué ganas tenía de sentarme aquí a hablar con vosotros y con vosotras. Como ahora estoy haciendo la sección con invitados, pues hay semanas que igual no grabo y no os creáis, lo he hecho bastante de menos. Lo bueno es que luego lo cojo con más ganas y hoy tengo muchísimas ganas de hablar contigo, de hablar contigo directamente.

Aprovechando que este episodio es en colaboración con Airbnb, me he acordado de un viaje que hicimos hace unos años ya con mi novio y con la madre de mi novio a Londres. Y fuimos a Londres para visitar a mi cuñada, es decir, a la hermana de mi novio, ya que estaba viviendo allí durante una temporada. Y lo que hicimos fue pillarnos un Airbnb cerca de su casa, que estaba genial ubicado. Porque claro, mi cuñada no vivía en el centro centro de Londres, sino un pelín a las afueras, y queríamos estar en un lugar que estuviera cerca de ella para poder verla, pero que al mismo tiempo, en metro y en pocas paradas, estuviéramos en el centro. O sea que fue muy práctico y muy cómodo el alojamiento que pillamos. Y desde entonces os confieso que tengo pendiente volver a Inglaterra, pero con un plan completamente diferente. Porque esta vez no quiero ni ciudad, ni metro, ni prisas. Quiero escaparme a la Inglaterra rural, a uno de esos pueblos con historia y con encanto. Y llevo días mirando alojamientos en Airbnb en Lavenham, en el condado de Suffolk.

Y he encontrado uno que me encanta. Se trata de una de esas casas típicas inglesas en las que parece que el tiempo se detuvo. Con techos altos, aguardillados, ventanales gigantes, un jardín rodeado todo de verde... Y es que es en este tipo de viajes, sin prisas, sin horarios de hotel, a tu ritmo, cuando siento que disfruto al 100% de la experiencia. Y es que la sensación de estar de visita, pero al mismo tiempo sentir la calidez de un hogar, es lo que más me gusta de viajar con Airbnb. Así que si tienes alguna escapada pendiente, te recomiendo que busques rincones en Airbnb, porque hay experiencias que se viven mejor así. Y ahora sí que sí, vamos a comenzar con la temática del episodio de hoy. Hoy quiero de verdad que se sienta como una de esas charlas entre amigas. Como un abrazo de una amiga que te escucha, que no te juzga y que te entiende. Porque el tema que vamos a hablar hoy lo llevamos tanteando ya en varios episodios. Y es algo que he percibido que os ha gustado mucho y que realmente necesitáis pues que alguien os comprenda o necesitáis hablar de este tema.

Y es que vamos a estar hablando de cuando el corazón y la mente no se ponen de acuerdo, no se entienden. Cuando tienes que tomar una decisión difícil y tu cabeza te está diciendo que hagas una cosa y tu corazón te está diciendo que hagas otra. Es una situación en la que creo que todas y todos nos hemos visto envueltos al menos una vez en nuestra vida. Y lo tendemos a relacionar con las relaciones amorosas, con la pareja, porque normalmente es donde más se da esta situación. Pero realmente puede pasar con todo, con una amistad, con un conflicto familiar, con una situación laboral, lo que sea. A veces nuestra cabeza tiene muy claras ciertas cosas, piensa con la razón de manera fría, de manera práctica y sin embargo nuestro corazón piensa algo completamente diferente. Porque el corazón es pura emoción, es puro sentimiento, es impulso, es arraigo, es cariño. Y claro, pues hay veces que se contradicen.

Entonces estoy segura de que alguna vez te has visto en una situación en la que has pensado ¿a qué hago caso? ¿a mi cabeza o a mi corazón? ¿Hago caso a lo práctico, a lo lógico, a lo que fríamente sé que es mejor para mí? ¿O me tiro a la piscina de cabeza y hago caso a lo que siento, a mi emoción, a lo que me pide un poco? Te lo pide el cuerpo ¿no? ¿Qué hagas? Es complicado, es complicado y aquí vamos a estar hablando como siempre desde mi experiencia y poniendo ejemplos de situaciones que me hayan pasado a mí en los que he tenido este conflicto entre razón y corazón. Mirad, debo reconocer que yo siempre he sido una chica de hacer caso al corazón. Sorpresa, no os lo esperabais nadie ¿verdad que no? Pues sí, efectivamente. Yo siempre he sido una persona pasional, impulsiva, sentida, emocional y para mí lo que dijera el corazón era lo que mandaba porque yo no concibo vivir la vida de otra manera que no sea con el corazón en la mano. Para mí la emoción, el sentimiento es lo que guía mi vida y eso es muy bonito y está muy bien porque me hace vivir la vida de manera muy apasionada pero también me hace cometer muchos errores y tomar decisiones que a la larga me han acabado haciendo daño, que no eran lo mejor para mí y yo creo que esto también es normal y es algo que vamos adquiriendo con la madurez.

Evidentemente yo con 20 años no tomaba las mismas decisiones que tomó con 27 porque la experiencia y los tortazos que te vas dando te hacen darte cuenta de que aunque vivir con el corazón en la mano es muy bonito, muchas veces no es práctico y no es inteligente porque te acabas haciendo daño. Entonces para mí y como siempre os digo en todos los episodios la clave está en el equilibrio. Pero qué difícil es encontrar el equilibrio cuando tienes unas emociones