Servicio sobrenatural. Parte 6 3l5167

No estás aquí por casualidad, algo en ti quiere más, y eso es exactamente lo que vamos a explorar. Bienvenido a La Confra Unicentro, un lugar donde queremos inspirarte a seguir a Jesús.

Hoy estamos finalizando esta serie sobrenatural, cuando lo imposible se hace posible. Y hemos venido hablando acerca de que no hay mejor vida que vivir con Jesús. Pero la vida con Jesús no es fácil, es más, es humanamente imposible. Y sólo se puede vivir de manera sobrenatural. ¿Cómo? Porque cuando uno invita a Jesús a la vida, Él viene a morar en nosotros, a vivir en nosotros, en la persona del Espíritu Santo. Padre, Hijo y Espíritu Santo, el misterio de la Trinidad. Pero cuando le decimos al Señor, ven a mi vida, Él viene, y lo repito, a vivir en la vida de la persona, en la persona del Espíritu Santo.

Por eso hemos venido hablando sobrenatural. Hoy queremos hablar de servicio sobrenatural. Uno dirá, ay servicio, yo vengo para que me sirvan y me van a hablar de servicio. Los seres humanos nos gusta que nos sirvan, ¿sí o no? ¿Quién está pensando en qué servir, qué es mejor servir? Es rico que le sirvan a uno, que lo atiendan. Por eso, cuando queremos ir a descansar o vacacionar, buscamos un todo incluido, es decir, lo malo de ir a los AirBnB es que hay que lavar losas o hay que arreglar las cosas.

Queremos que nos sirvan por naturaleza. Pero miren, la vida con Jesús, cuando Él viene a vivir en nosotros por medio del Espíritu Santo, comenzamos a vivir la paradoja de la vida cristiana. Y eso de servicio natural, ¿de qué queremos hablar? Ya que es tan difícil para nosotros servir, de pronto alguien sirve cuando tiene un interés, ¿cierto? El muchacho que sirve, la niña, la llevan, la recogen, el carro, porque tiene un interés. O cuando alguien sirve a otro porque está buscando algún beneficio.

Pero servir de manera desinteresada no es humano. Pero lo que quiero que pensemos en esta mañana es que es servir, es lo que Dios espera de nosotros y como no está en nuestra capacidad poder hacerlo, tiene que ser de una manera sobrenatural. ¿Cómo? Otra vez, porque el Espíritu Santo puede hacer posible que cada uno de nosotros haga lo imposible, lo imposible hecho posible por su poder en nosotros. Porque servir, aunque suene paradójico otra vez, es también la mejor manera de vivir. Por eso quiero que miremos esto en pantalla.

Les pongo esto como una frase. Miren, lo siguiente, es que nosotros hemos sido puestos para servir y Él nos ha capacitado para esto. Es decir, vivir para servir. Y hay una frase que es conocida que se le ha atribuido a la Madre Teresa de Calcuta. ¿Recuerdan esa frase? Miren, se la pongo acá. El que no vive para servir, no sirve para vivir.

Y qué ejemplo de servicio la de esta mujer. Ahora, ¿cómo es esto de servir? La vida cristiana es una paradoja en muchos aspectos. ¿Cómo es posible esto de que hay más dicha en dar que en recibir? Es la paradoja de la vida cristiana. Y aquí estamos hablando del privilegio de servir, de vivir para servir a otros.

Pero como no está en nuestras fuerzas, Dios hace el milagro de que nosotros podamos servir. Por eso, gracias a Dios, aquí en la Confra tenemos personas sirviendo en diferentes lugares. Los que están en la puerta, los que están con los niños allá arriba en Aventura Confra. ¿Se imagina con todos esos niños? Siempre pienso en ellos. Si usted apenas se aguanta uno o dos que tiene en casa, ¿se imagina aguantar 50, 60 mugres allá arriba brinconeando? Por eso ahora les damos una tarjetita. ¿Sí tienen la tarjetita ahí? Cuando sientan que eso vibra es que los están llamando urgente.

Porque a la fiera nadie la puede controlar. Usted dirá, ¡ay mi hijo no es una fiera! Pero miren, gracias a Dios por personas que tienen ese amor, ese cariño por los niños.

Y gracias por las personas que sirven en diferentes áreas en la iglesia. Gracias a Dios por los misioneros que viajan, que cruzan fronteras para ir a servir. Servir es lo que Dios espera de nosotros. Jesús por eso dijo, yo no he venido para ser ¿qué? Servido, sino para ¿qué? Para servir. Y cuando servimos nosotros crecemos. Paradójicamente cuando servimos crecemos. Por tanto si queremos crecer, si queremos ser mejores seres humanos, mejores seguidores de Jesús, sirvamos. El apóstol Pablo, hablándole a una comunidad acerca del servicio, y después de haber hablado del poder...