Episodio 20: Crea descripciones de lugares con IA 556c2f

Te doy la bienvenida a IA para escritores, el podcast en el que hablaremos sobre recursos,
ideas y experiencias basadas en la inteligencia artificial que ayudará a mejorar la productividad
de los escritores. Soy Alejandro Moreno, escritor de novela negro criminal, podcaster y apasionado
de la tecnología y aquí compartiré contigo todo lo que vaya aprendiendo sobre la IA aplicada al
oficio de escritor que yo mismo uso en mis proyectos personales. Vamos al lío, a ver si
este resfriado me deja. Hola, ¿qué tal estás? Pues bienvenido o bienvenida al capítulo número 20,
ya, ya hemos venido hoy, pues no está mal, y de IA para escritores. Como ya sabéis,
ahora vamos cada dos semanas, entonces si hace dos semanas tuvimos la entrevista a Abel García,
hoy toca el capítulo yo solo, y aquí con mi voz de resfriado y tengo ahora mismo moco por
todos lados, toda la cabeza que me va a explotar, pero bueno, como va a ser cortito, pues vamos al lío.
¿Y de qué vamos a hablar hoy? Pues hoy vamos a utilizar la inteligencia artificial, otra vez en
este caso chagpt, para hacer, para ayudarnos, no para hacer, para ayudarnos con las descripciones
de nuestra novela. A mí la descripción es algo que me cuesta bastante y vamos a hacerlo de una manera
rápida, chula, yo creo que os va a gustar. Pero antes de empezar agradeceros que estéis ahí,
que os iráis, que vayáis suscribiendo tanto al canal de Evox, que ya somos más de 100,
que es una pasada, o sea, yo en mi otro podcast, la inicial escarlata de Novela Negra, tardé muchísimo
tiempo en tener 100 suscriptores, o sea, y en el canal de YouTube, al que voy subiendo esto también,
también soy algo, creo, y ahí sí que tardé años, o sea, que bueno, no soy youtuber, pero es una
plataforma que para mí se agradece, y oye, muy bien, y me gustan todos los comentarios que vais
dejando, sobre todo en YouTube, dejáis muchísimos, bueno, muchísimos, no muchísimos, para lo que estoy
acostumbrado, dejáis unos cuantos de vez en cuando, y oye, y se agradece, muchas gracias, de verdad,
no me da tiempo a contestarlos a veces a tiempo y tal vez un rato, unos días, lo que sea, pero oye,
yo os agradezco mucho que estéis ahí, y nada, eso, que compartáis, que sigáis aprendiendo,
que oye, compartir trucos si tenéis o necesidades, pues lo que digo, y pues eso, lo compartiré aquí,
y sin nada más, dirección, vamos al lío, que creo que os va a gustar, porque la verdad es que está
guay, está guay lo que vamos a hacer hoy. Bueno, pues ya estamos aquí, ya me echo pequeñito,
y lo que vamos a hacer es, no vamos a decirle que nos describa algo, porque no sabe realmente,
hay que enseñarle qué queremos que describa, y vamos a utilizar imágenes, es decir, le vamos a pasar
una imagen del lugar que queremos que nos describa, le pondemos el prompt, lo que queremos que nos
describa, y pues nos escribirá algo que es un punto de partida para nosotros, para ponernos
en situación, y luego ir pidiéndole que nos cambie otras cositas. Así que voy a empezar con la primera
imagen, lo que le he cargado, todavía no me lo ha generado, pero le he cargado una foto de una
habitación de una casa rural, de una casa que está en un pueblo, y el prompt que le he dicho es,
descríbeme de forma literaria esta habitación de una casa rural, el personaje es de ciudad y acaba
de llegar a este pueblo, a esta casa rural en concreto, que tiene alquilada. Fuera es de noche y está
lloviendo mucho. Haz la descripción de una manera, de una primera impresión en primera persona.
Bueno, no me lo quiere leer, así que lo voy a leer yo, con mi voz esta, y os tendréis que conformar con ello.
Vamos allá. Apenas crucé el umbral, me envolvió un calor acogedor que contrastaba con la lluvia
furiosa que azotaba el exterior. El aroma a madera vieja y chimenea encendida llenaban el aire, un
perfume rústico que me hizo sentir fuera del lugar por un instante. La estancia era más amplia de lo
que imaginé, las paredes de piedra y madera parecían susurrar historias antiguas, como si aquel refugio
hubiese sido testigo de incontables noches de tormenta. Frente a mí, una gran ventana enmarcaba
la oscuridad del bosque, iluminada a ratos por relámpagos lejanos. La lluvia golpeaba el cristal
con insistencia, deslizándose en surcos desordenados, y más allá, una pequeña terraza vacía se
empapaba bajo el aguacero. El centro de la habitación estaba dominado por una cama de
sabanas blancas, inmaculadas, con un par de albornoces doblados, colgadas por un